Este año los bastiones tecnológicos se están desvaneciendo y ahora jugadores de segmentos convencionales quieren participar en mercados dominados incluso por aliados naturales.
Con el anuncio de Google Chrome OS, el nuevo sistema operativo de Google y que de acuerdo con información de la empresa, comenzará a ser distribuido en formato beta y que se espera que para el año entrante ya esté disponible en el mercado.
El Google Chrome OS, es una extensión no sólo del navegador con el que comparte nombre, sino de toda la plataforma de servicios y aplicaciones Web que esta empresa tiene disponible en el mercado y que cubre desde su buscador fundacional, hasta una suite de trabajo, el Google Earth, para búsquedas en todo el planeta, así como su red social Orkut y sus famosos blogs de Blogger.
Vale recordar que Google ya cuenta con un sistema operativo dirigido al mercado de los teléfonos inteligentes y que ha tenido reconocimiento por parte de los fabricantes y los usuarios por su facilidad de uso, versatilidad y confiabilidad.
Pero si esta decisión se esperaba sin mucha sorpresa, la decisión de Intel de lanzar su propio sistema operativo si sorprendió un poco, pues – de una u otra manera- mellará a su aliado natural Microsoft en uno de sus puntos más delicados.
Tanto Intel y Google quieren entrar a pelear una porción del pastel de los sistemas operativos para Netbooks, donde Microsoft ha tenido que arreglárselas de mala gana con Windows XP pues Windows Vista se tragaría sin compasión los recursos de este tipo de máquinas que, como aclara Intel, fabricante de los procesadores Atom en los que están basados gran cantidad de marcas, estos son equipos para aprovechar contenidos, no para producirlos.
Así, Intel y Google se unen a la serie de empresas que tienen liderazgo en un segmento pero que se van en busca de nuevos mercados, con el fin de complementar o perfeccionar su oferta, como es el caso de Oracle con su EXabyte y Cisco con sus servidores.
Sólo falta ver cómo se comportan estos nuevos sistemas operativos, que prometen ser más livianos, delicados y seguros en comparación al hegemónico que usamos casi todos.
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